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En Otoño de 2008, Eduardo Retamero y Leslie Sanchez coínciden en unas clases de canto. El primero acude a ellas buscando poner una voz decente a las composiciones que le rondan en la cabeza. El segundo, fundamentalmente porque las clases se imparten en su domicilio, un pequeño foco cultural situado en el barrio de la malagueta por el que transitan desde cantantes de ópera o actrices hasta escultores o pandas de verdiales.  Se caen bien y empiezan a compartir, entre gorgoritos, sus creaciones. Leslie Sánchez, además de escultor y atrezzista de teatro, es poeta compulsivo en sus tardes libres; Eduardo solo puede ofrecer  algunos poemas a medio hacer y, en las frecuentes fiestas que se organizan en la casa, su guitarra y su repertorio de canciones populares. "¿Sabes algún bolero?", le pregunta Leslie. "Por supuesto, estuve en la tuna", responde el otro. Para la

La historia de Boleros Imperfectos.

siguiente fiesta, deciden vestirse para la ocasión y presentarse ante la amistosa audiencia como Boleros Imperfectos, con versiones de clásicos del género bolerístico y algún tango. Tras la experiencia y  animado por Leslie, Eduardo empieza a componer canciones. No todas son boleros, pero deciden mantener el nombre inicial porque les gusta y les permite vestirse de manera elegante para la que será su primera presentación en público; en casa de Leslie, pero con mucho público. Para arreglar las canciones acuden a un amigo común, Manuel Esteban, guitarrista profesional en grupos como El Sombrero de Alquimista o La Reverie, que les ayuda en la composición aunque se niega a aparecer en escena con ellos de esa guisa. En cambio, al fotógrafo Toni Fernández no le tiembla la mano al hacerles su primer reportaje en plena calle, buscando ambientes tropicales en la Costa del Sol. Las fotos servirán de base para una rocambolesca historia ficticia: Boleros Imperfectos  fueron un grupo famoso en los años cincuenta hasta que fallecen en la misma fecha que su amigo Walt Disney. Se decide crionizarlos a todos juntos. Años después, por recortes en el presupuesto, se decide descongelarlos y el dúo vuelve a la vida, en un mundo muy distinto al suyo.

LOS INICIOS
CONTINUARÁ......
EL DÚO (2010)
EL TRÍO (2010- 2013)
EL QUINTETO (2013-)

En julio de 2013, Enrique Antequera, bajista durante casi tres años del grupo, abandona el barco. Los dos marineros restantes, temiendo el naufragio, lanzan un SOS a los amigos músicos, buscando un nuevo bajista. La respuesta es formidable, presentándose hasta siete candidatos. Bueno, seis y una antigua pero joven amiga, multiinstrumentista además. Se trata de Maica Sosa. El bajista por el que se apuesta es Aniceto Murillo, profesor de Universidad y miembro de la GArvin's Band, un grupo de versiones de Javier Krahe.  Antes de la llegada de Maica y Aniceto, un amigo común, percusionista en sus ratos libres, decide echarles una mano de manera provisional. Esa interinidad se convierte en plaza fija por la fuerza  de los hechos: a Sebastián Escamez, "el Tigre de Málaga", no hay manera de echarlo. Y llena el lugar de ensayo de cacharros inverosímiles. Diagnóstico doble: mal de Diógenes percusivo y poco espacio en su casa. 

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